lunes, 22 de abril de 2013

LO QUE SE DEBE Y NO SE DEBE HACER EN UN COMENTARIO.

Una vez que ya tenemos claras las herramientas o pasos para redactar nuestro comentario crítico (recuerdo que son nada más y nada menos que tres puntazos en el examen de selectividad), empezar a escribir no es tarea fácil. En este punto nos encontramos con ventajas e inconvenientes: lo bueno que tiene el comentario crítico es que no es necesario "empollar" para desarrollarlo, y este aspecto, a su vez, se convierte en el peor inconveniente posible ya que el éxito depende de nuestra capacidad crítica y nuestra habilidad en la redacción.

Este éxito no es más que la suma de conocer nuestro entorno (noticias, libros, escritores...) y tener el grado de madurez suficiente para emitir un juicio a la altura de nuestro nivel de "alumno/a de 2º de bachillerato". En definitiva, es cuestión de "ponernos al día" (nos guste o no) y práctica. Una vez repasadas, y más que sabidas, las entradas anteriores, os enumero una serie de consejos sobre lo que "se puede" y "no se puede hacer en un comentario crítico:

Se puede (y se debe) hacer en un comentario crítico:
  • Escribe con estructuras oracionales sencillas y claras, que domines, es preferible varios "puntos y seguidos" que muchos nexos y comas mal puestos. 
 
  • Amplía tu vocabulario, si sabes que tienes que hablar, por ejemplo, de una guerra, busca sinónimos dentro de ese campo léxico: conflicto, conflicto bélico, enfrentamiento, crisis nacional / internacional... 
 
  • Es muy importante cada vez que mencionamos una idea, parafrasear o poner ejemplos del texto que reafirme o confirme esa idea. ¡Cuidado! No repitas lo mismo que viene en el texto como una idea tuya, expresa tu propia idea y pon un ejemplo breve del texto o de actualidad que te ayuden a ilustrarla (completarla).

  • Si en un párrafo explicamos algo comenzando por ejemplo así: "en la primera línea el autor menciona claramente la tesis...", en el siguiente párrafo intenta cambiar el orden cómo te expresas: " las ideas secundarias que son...se encuentran en...".
 
  • Sólo se pone con números las cifras y los datos, el resto se expresa con determinantes o pronombres numerales cardinale u ordinales (primer, primera, dos, cuatro ideas...).
 
  • No te quedes sólo con mencionar una idea, explícala, desarróllala y arguméntala. Si además pones ejemplos estaría perfecto.
 
  • Y recuerda: un buen escrito (ya sea un resumen, un comentario, un texto expositivo donde se explique lo aprendido o  estudiado), siempre está ordenado, claro, con las ideas enlazadas y evolucionando en progresión hacía la conclusión. Y por supuesto el mejor escrito es el que "lo dice todo en el espacio justo".
Evita: 
  • Repetir siempre los mismos términos. Amplía tu vocabulario.

  • Expresar ideas de forma infantil o coloquial, se te presupone un nivel de madurez propio de un alumno/a que termina sus estudios en bachillerato y se incorpora a la "vida adulta".

  • Si utilizas una palabra poco corriente, que acabas de descubrir y te gusta, no la repitas mucho porque los profesores nos damos cuenta y queda, de nuevo, infantil. Ejemplo: "cifras estratosféricas, datos estratoféricos", puedes utilizar: llamativos, elevados, alarmantes...en lugar de "estratosféricos".

  • Una vez explicada una idea volver a ella es un error, por eso cada idea que expliques, piénsala bien, "mímala" y cuida su redacción.

  • Emular lo que a tí te parece un "lenguaje culto" es otro error, vuelvo a repetir: explica de forma clara, concisa y correcta, domina el vocabulario que utilizas y las estructuras gramaticales.

  • Y sobre todo, evita, evita y evita explicar lo mismo mil veces con distintas palabras, quién te corrija no es tonto/a, además ha sido alumno/a antes que tú y ya se conoce esos trucos, pero lo más importante es que se valora la capacidad para generar y expresar ideas respecto al tema tratado, por lo tanto cuántas más ideas y más ajustadas a la actualidad generes mejor.
 
Y de momento, esto es todo, nos vemos en una próxima entrega donde enseñaré a enlazar ideas, y la siguiente corregiré directamente un ejemplo de comentario. Os recuerdo que podéis seguirnos y enviar vuestros comentarios a  librodepetete.tics@gmail.com.

domingo, 14 de abril de 2013

NOCTURNO

Hoy, 14 de abril, me ha parecido un día importante para desarrollar esta entrada, centrada en un poema que dice mucho de lo que el odio puede arrasar alejándose de las palabras.

Escrito por Rafael Alberti, poeta natural de El Puerto de Santa María (Cádiz), pertenece al libro De un momento a otro publicado en 1937, justo un año después del estallido de la Guerra Civil.
 

Ahondando en la historia de estos tristes años, me parece curioso mencionar que el poeta gaditano pertenecía a la Alianza de Intelectuales Antifascistas que promueve y crea una Junta de Incautación y protección del Tesoro Artístico (más información de la página 2 a la 9) cuyo papel en la defensa de los bienes artísticos durante la guerra será muy importante.

Es interesante la relación que se puede establecer entre estos acontecimientos y la redacción de este poema, ya que coinciden en tiempo y en vivencias, transmitiendo de una forma muy cercana esa sensación de rabia e impotencia que los/as  artistas e intelectuales de la época empezaban a experimentar.






Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven, son palabras.
Balas, balas.

El sentido en esta estrofa es claro: la impotencia, la desolación, la rabia, ese sentir de que no se puede hacer nada, que conduce a una necesidad de actuar, parece que este estado sólo se alivia con la venganza, para nada sirven las palabras, no consuelan. Es posible que en esta estrofa Alberti nos hable de ese sinsentido, del odio que se apoderó de España en un momento en el que lo racional quedaba al margen y empezaban a morir los grandes logros sociales, culturales, intelectuales tras el sonido de las balas: "las palabras entonces no sirven (...)Balas, balas."

Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas,
¡Qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que de borrar el agua!
Balas, balas.

Continúa y ahonda en la tristeza, se manifiesta el dolor por  la pérdida, es un lamento profundo por ese imperio de la sinrazón, por observar impotente cómo todo lo dicho, todo lo trabajado va a quedar sepultado. Hay en el primer verso una sucesión de términos muy vinculados al discurso, "a la palabra", cuya supresión de nexos copulativos (asíndeton) acelera el ritmo aumentando la intensidad y emoción del poema. La asociación "humaredas pérdidas, neblinas estampadas" dibujan un paisaje gris, borroso, de futuro, incluso de presente, inciertos. Y en un lamento final, encerrado en una exclamación y con una repetición incisiva "qué" (anáfora), contribuye a esa angustia que va creciendo hasta desatarse en esta última estrofa:

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Balas, balas
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.


Ya, en esta última estrofa, el poeta se sumerge totalmente, si nos fijamos en el "sufro" que aparece en el primer verso, este difiere de "se sufre sin sueño" del primer verso. Se ha producido a lo largo del poema una evolución en el sentimiento del poeta que acaba con una implicación plena, ilustrada en ese uso de la primera persona (yo) "sufro". Vuelve a darse la sucesión de términos en "lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto" esta vez mostrando la indignación del autor, su rabia, este sentimiento se ve muy bien en la elección del término "mezquino" o "desgraciado" que llevan ese significado connotativo implícito. 

Y una metáfora preciosa: "lo muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla", concluye y sintetiza estos sentimientos en un única emoción amarga. Queda expuesta la idea de que la noche, entonces empezaba, una noche que es metáfora de tiempos oscuros, siendo la luz el símbolo del avance, deja entrever que empieza la noche y está lejos "el mañana".



martes, 9 de abril de 2013

ADVERBIALES PROPIAS

Las oraciones subordinadas adverbiales cumplen en la oración la misma función que cumpliría un adverbio o sintagma adverbial en una oración simple.

Hazlo como quieras. ("Hazlo así" en la oración simple cumpliría una función de CCM)

Las oraciones subordinadas adverbiales propias son aquéllas que pueden ser sustituidas por un adverbio:

La cartera no está donde me dijiste
La cartera no está allí.

Hay tres tipos: de tiempo, lugar y modo.